"Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las incleíbles historias de La guerra de las galaxias.Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga."
La historia es algo
peculiar, ya que nos muestra diferentes puntos de vista. No solo el de August,
sino también el de algunos de sus amigos, y podemos ver como Summer se le
acercó desde el primer momento y la evolución de Jack que pasó de querer ser
amigo suyo por pena a querer ser amigo de Auggie por lo que realmente es.
También tenemos el punto de vista de Via, que vive en un segundo plano porque
todo gira alrededor de su hermano pequeño.
Este libro nos enseña cosas que ya sabíamos, pero
que nunca nos habíamos parado a pensar detenidamente: Cuando vemos a alguien
que viste raro o tiene algún problema físico o mental nos quedamos mirando;
todos lo hemos hecho alguna vez. No lo miramos con maldad, miramos porque es
algo que no vemos siempre. Pero, ¿alguna vez hemos pensado como se siente esa persona,
a la que todos miran y señalan cuando pasa por su lado? August nos
cuenta como se siente él en esos momentos, y a pesar de que él se considera un
niño normal, sabe que no lo es.
Wonder nos hace
reflexionar sobre todo esto, pero reflexionar de verdad, acerca
de los actos que llevamos a cabo cada dia que pueden afectar a la gente que nos
rodea. La autora me ha hecho desear que existiera alguien como Auggie para
poder ser amiga suya y abrazarlo, y darle todo mi cariño.
“Hay que reconocer, que el universo no se portó bien
con Auggie Pullman.”
August es un niño normal
de 10 años. Juega como un niño normal y le gustan las cosas que le gustan a los
niños normales. Pero al nacer con un defecto genético que le ha obligado a
someterse a cirugías para poder hacer cosas tan simples como respirar o comer
con más facilidad debido a las deformaciones que sufre en su rostro, nunca ha
podido ser un niño normal.
Esta historia empieza
cuando los padres de Auggie deciden que ha llegado el momento de empezar el
colegio y que se relacione con otros niños. En la escuela los demás niños
aprenderán que no se debe juzgar a un niño por como es, ya que en el fondo puede
llegar a ser una gran persona, como es el caso de nuestro pequeño August. Y él,
por su parte, aprenderá aceptarse por como es y que aunque haya gente mala que le haga
daño, siempre estará la gente que le quiere para ayudarlo.
Una historia tierna,
divertida y que conseguirá llegarte al corazón.
5/5
buena reseña!!!me gusta
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